¿Te acuerdas cuando eras pequeño y comenzabas a jugar con el termostato de casa, donde tus papás ya te habían advertido de que eso estaba mal? Imagínate un hogar que es mucho más grande, es nuestro planeta Tierra, con su propio termostato de calefacción natural, frágil y perfectamente calibrado desde hace millones de años. Pero, desde la revolución industrial, continuamente hemos estado jugando con el termostato del planeta, como niños curiosos que no entienden lo que hacen.

Piensa en la última vez que tuviste fiebre. Recuerdas cómo te sentías mal; inquieto, con la sensación de que algo va mal en tu cuerpo. Nuestro propio planeta, en este momento, también está “enfermo”. Está sudando glaciares y haciendo temblar océanos, y sus ecosistemas luchan por equilibrar su estado, como un cuerpo malito.

Cada mañana, mientras te preparas el café, enciendes las luces de casa o te vas al trabajo en auto, estás escribiendo tu historia. No es tu culpa personal; somos parte de un sistema que hemos ayudado a construir a lo largo de generaciones. Pero esta es la buena noticia: al igual que cuando nos enfermamos comenzamos a buscar remedios y cambiamos algunos hábitos, tenemos el poder de “curar” a nuestro planeta.

Esto no es un problema, de “ellos” contra “nosotros”, ni un país contra otro; es como una familia entera que se reúne para cuidar a un ser querido. Necesitamos a todos desde el agricultor que va a cultivar nuestros alimentos hasta el científico que va a conseguir energías limpias, desde el niño que aprenderá a reciclar hasta el constructor de empresas que arriesgará por la sostenibilidad.

¿Qué es realmente el calentamiento global?

A lo largo del último siglo y medio el planeta ha venido manifestando un progresivo aumento de la temperatura a un ritmo inhabitual, y que ha generado el concepto de calentamiento global que nos acompaña en la actualidad.

Piensa que existe un termómetro gigantesco que ha ido obteniendo datos sobre la temperatura del planeta desde hace siglos. Si tuviésemos acceso a esos gráficos, verías que en el último siglo y medio la aguja de dicho gráfico ha ido desplazándose de forma ininterrumpida en sentido ascendente. 

Lo que pasa no es sólo la posibilidad de tener más días de calor en el verano, lo que pasa es que existe un cambio de todo el sistema extremadamente frágil de la Tierra.

Los científicos nos hablan de un aumento de temperatura de 1,5 grados o de 2 grados, que esto pueda parecer poco, no olvides que me estoy refiriendo a temperatura: imagina que tu temperatura normal es de 37 grados, te imaginas como te sentirías si llegase a 40, es decir, esos ‘pocos’ grados son la diferencia entre ser sano o pasar por la urgencia del hospital, pues esto me pasa como al planeta: cada décima cuenta y mucho.

La Tierra como cualquier ser vivo siempre ha tenido sus ciclos naturales de ‘fiebre y salud’ como cuando tu cuerpo se sube un poco al hacer un esfuerzo físico, que tienes un leve aumento de temperatura que luego vuelve a la normalidad. OK, pero lo que está pasando es diferente: estamos en la sauna permanente, y esto sería el daño que le estamos produciendo al planeta al incrementar su temperatura; los procesos que deberían tomar miles de años los estamos comprimidos en el tiempo que hay transcurrido desde que tu tatarabuela fue niña hasta el día de hoy.

Es como cuando corremos una maratón a ritmo de sprint, pero esto no puede ser sostenible.

¿Cuáles son las causas?

Como parte de nuestra dinámica de vida, hemos incorporado algunas actividades que rompen la armonía natural del Planeta.

Desde la producción de las industrias, incluso cuando conducimos nuestro auto, son actividades que se institucionalizan con el uso de combustibles fósiles (petróleo, carbón, gas natural) conllevan liberar gases de efecto invernadero que se liberan a la atmósfera; se degrade la capa de la tierra cuya misión era protegerla del contacto directo de la exposición de la luz del sol. 

Consecuencias del calentamiento global

El calentamiento, que no solo se ocupa de la temperatura, sino que conlleva una serie de consecuencias para nuestro planeta, como son las siguientes.

  • El deshielo de los polos, los cuales se consideran “refrigeradores naturales” los cuales, al ser derretidos producen el aumento a lo loco del nivel del mar.
  • Aumento de eventos climáticos, como sequías extremas, huracanes intensos, lluvias que se alargan.
  • Algunas especies no pueden adaptarse a los fuertes cambios del clima, lo que afecta en la conservación de las especies y diversidad del planeta

¿Cómo afecta a nuestra vida diaria?

Este no es un problema abstracto o lejano. El calentamiento global impacta sobre nuestra vida cotidiana de maneras que quizás no nos imaginamos:

  • La producción de alimentos es más compleja por el cambio de los patrones de lluvia.
  • La calidad del aire que respiramos empeora. 
  • Los costos de energía aumentan mientras buscamos adaptarnos a temperaturas más extremas
  • Las comunidades costeras enfrentan riesgos crecientes por el aumento del nivel del mar.

¿Hay esperanza? ¡Absolutamente!

A pesar de la gravedad de la situación, La humanidad ha demostrado de forma reiterada poder afrontar los grandes desafíos siempre que nos unifiquemos para alcanzarlo. De hecho, ya se observan con claridad señales positivas:

  • El coste de las energías renovables va en rápido descenso
  • Cada vez son más los países que adoptan políticas climáticas.
  • La conciencia medioambiental tomando fuerza, especialmente en jóvenes.
  • Las innovaciones tecnológicas están apoyando soluciones más sostenibles

¿Qué podemos hacer?

¡Es el momento de dar un paso adelante! Nuestro mundo nos está reclamando. Disminuyamos el consumo energético, ¡es más sencillo de lo que piensas! Puedes empezar al cambiar las bombillas, desconectando los aparatos que no utilizamos. 

Y además, ¡apuesta por lo ecológico! Escoge productos locales, intenta reducir la utilización del plástico, escoge medios de transporte más ecológicos. También ¡háblales a tus amigos y familiares sobre esto! Podemos crear un futuro más verde, ¡juntos! 

Una responsabilidad compartida

Cada uno de nosotros, con nuestras decisiones diarias, puede marcar la diferencia. Desde reciclar hasta elegir productos sostenibles, cada paso cuenta. Somos la primera generación en comprender este problema y la última que puede hacer algo al respecto. ¿No es emocionante ser parte de esta solución? Juntos podemos construir un futuro más brillante para todos.