Imagina sólo por un instante poder abrir los ojos en un mundo en el que los sonidos que siempre has oído van desapareciendo, o quizás en el que esos sonidos ni siquiera han existido para ti. La forma de vivir con discapacidad auditiva es uno de los desafíos con los que más también se encuentra la persona en el día a día de la vida, no sólo por la dificultad de poder oír los sonidos del mundo que los rodea, sino por cómo modifican totalmente la forma de relacionarse con las personas. Cuando dialogamos sobre discapacidad auditiva no hablamos de números, de porcentajes, ni tampoco de datos en una hoja, estamos hablando de historias, de personas como tú o como yo, de personas que han sabido desenvolverse en un mundo como el nuestro de una forma insólita. Más de 400 millones de personas en el mundo, imagina, ¡eso es como si la población total de Estado Unidos y México se juntase!, viven esta vivencia cada día, sumando más de 5% del total de la población mundial. Todo esto se م encuentra rodeado, no obstante, por un mar de historias que no contienen cifras, sino individuos con sus historias, con sus deseos por cumplir y con sus sueños.
Entender la experiencia de la discapacidad auditiva no sólo implica conocer gráficos o porcentajes, sino que trata de meterse en la piel de aquel que no puede escuchar la risa de su hijo, o el que se tiene que aprender otras maneras de disfrutar de la música, o aquel el que tiene que ensamblar la forma de relacionarse en un mundo que está pensado casi exclusivamente para personas oyentes. El sonido produce, en la misma forma e invisible como la percepción del contexto, las vivencias del cotidiano de nuestras vidas cuando escuchamos el “buenos días” de una persona muy querida, o escuchamos el sonido del timbre de la puerta que anuncia una visita, o a la alegre melodía que nos anima a bailar, o el sonido suave de la lluvia golpeteando la ventana en esa época del año.
Para aquellas personas que son sordas, el mundo no es solo silencio, sino un mundo repleto de vibraciones y en el que otros sentidos adquieren protagonismo. Las comunidades sordas de todos los lugares del mundo han creado culturas riquísimas y fascinantes, lenguajes en signos que son verdaderas obras maestras de la comunicación humana; se han elaborado tradiciones sin par y algunas maneras de expresar la cultura que llenan sus vidas y al mismo tiempo proponen nuevas maneras de enriquecer a toda la humanidad. En sus manos, la limitación aparente se convierte en un lugar donde empiezas a experimentar o a sentir un ámbito diferente.
¿Qué es la discapacidad auditiva?
Es la falta total o parcial de la sensación del oído bien en un oído o en ambos. Es una disfunción que puede ser nata o adquirida en el transcurso del desarrollo del individuo.
Esta se produce por la incapacidad para procesar el sonido, por lo que no se puede resumir en ‘no oir’ sino que es un grupo de impedimentos en relación con la disminución en la conservación del sonido.
¿Qué es la discapacidad auditiva según la OMS?
Según la OMS se considera se considera una incapacidad de escuchar, total o parcial, en uno o en ambos oídos. Entran en este diagnóstico los casos con umbrales auditivos superiores a 20 decibelios, clasificándolos en
- Leve (26-40 dB)
- Moderada (41-60 dB)
- Severa (61-80 dB)
- Profunda (más de 81 dB)
¿Qué tipos de discapacidad auditiva existen?
Se presenta en diferentes tipos con características y necesidades específicas:
- Hipoacusia de conducción: es provocada por alteraciones en el oído externo o en el medio, que perjudica la transmisión mecánica de los sonidos. Los pacientes lo suelen describir como una disminución en el volumen en los sonidos. Las causas más comunes son, otitis media. acumulación de cerumen, o malformaciones anatómicas. Puede tratarse médicamente o quirúrgicamente con un pronóstico más que positivo para restaurar capacidades auditivas que han podido verse afectadas.
- Hipoacusia neurosensorial: son lesiones del oído interno o del nervio auditivo, provocando con ello pérdida de la intensidad del sonido, sea de forma congénita o bien por el hecho de la exposición a ruidos intensos o a los mecanismos naturales que produce la vejez o por efectos de algunos fármacos. En materia de accesorios del oído se ha conseguido que los audífonos sean cada vez más eficaces en calidad; prueba de ello dicho aumento de bienestar y de calidad de la vida de estas personas.
- Hipoacusia mixta: combina hipoacusias de conducción como neurosensorial y afectan de esta manera muy directa a muchos de los componentes que forman parte del sistema de audición. La evaluación de este tipo de hipoacusia requiere de una evaluación exhaustiva y de un tratamiento que incluirá o bien cirugía o amplificadores.
- Pérdida auditiva unilateral frente a bilateral: puede aparecer en dos formas, unilateral (una afectación auditiva en un oído) o bilateral (la afectación auditiva es bilateral), cada una de estas modalidades tiene retos diferentes: en la pérdida unilateral las personas suelen tener problemas para identificar el lugar del sonido y para la comprensión del habla en condiciones de ruidos pero manteniendo las funciones normales del oído no afectado, mientras que en la pérdida auditiva bilateral hay mayor dificultad de la comunicación pero igualmente nos permitirá un tratamiento más estandarizado y predecible.
Integración en la sociedad
Con los medios adecuados y al soporte requerido, se puede gestionar a efectos de una vida plena y satisfactoria. En este sentido, el desarrollo tecnológico ha sido el gran protagonista para poder acreditar la forma en que las personas con una discapacidad auditiva pueden hacer frente a su entorno. Desde los usables audífonos digitales de alta gama hasta los implantes auditivos existentes, han sido instrumentos que han facilitado la integración social debido a permitir a la persona con esta discapacidad acceder de una forma más eficiente al mundo sonoro.
Aparte de la tecnología, las terapias de lenguaje y los programas educativos específicos en la educación especial, también son formas que ayudan no solamente a obtener habilidades comunicativas, sino también a que puedan adquirir la autoconfianza que les permita desarrollarse en distintos ámbitos de la vida social, y que, articuladas junto al soporte de los entornos familiar, profesional, etc., pueden marcar una diferencia notable en la calidad de vida.
La integración social no se limita a tecnología o terapia, sino que forma parte de un cambio en la actitud de la sociedad. La inclusión social consiste en eliminar las barreras que se puedan producir mediante la adopción de medidas como la señalética visual, los programas relacionados con la lengua de signos y/o facilitar el desarrollo cultural de la diversidad existente. Las comunidades tienen que irse convirtiendo en espacios en los que la persona con discapacidad auditiva pueda sentirse valorada, comprendida y reconocida, lo que va a permitir que tengan acceso a ofrecer su participación activa.
El soporte del entorno familiar, educativo y profesional es una parte esencial de la integración psicosocial de la persona con una pérdida auditiva. Las familias que aprenden las características y necesidades de sus seres queridos, junto a las instituciones que aplican estrategias de educación inclusivas, ofrecen al mismo tiempo la posibilidad de acompañar el desarrollo de las personas y llegar a presentar una máxima capacidad comunicativa.